La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más grave en el siglo XXI en los países occidentales. El exceso de peso infantil ha ido aumentando de forma progresiva en las últimas décadas, convirtiéndose en un gran mal para toda la sociedad. Asimismo, es muy preocupante que la comunidad autónoma española con el mayor índice de obesidad infantil sea Canarias, con un 21,2% de obesidad y un 28,4% de sobrepeso. De igual forma, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), confirma que el 44,5% de los niños españoles sufre de exceso de peso, y que solo Italia y Chipre nos superan en cifras a nivel europeo, según el estudio IDEFICS.

Uno de los riesgos más importantes es que los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y, en comparación con los niños sin sobrepeso, tienen más probabilidades de sufrir a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, es además un factor de riesgo independiente que se asocia a un aumento de la mortalidad prematura y la discapacidad. Pero además de estos riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos derivados de las burlas y comentarios de sus compañeros, asociando con frecuencia una baja autoestima, síntomas ansiosos o depresivos, aislamiento social, etc.

Este proyecto está financiado por Fundación CajaCanarias en el marco del Programa de Ayudas para proyectos de Investigación Sanitaria, con la participacion del Hospital Universitario de Canarias (HUC). , el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) y con la colaboración del servicio de Promoción de la Salud del Servicio Canario de Salud